Aun cuando es el destino quien baraja las cartas,
somos nosotros quienes las jugamos.
Un joven minero pagaba dos monedas de plata para subir a un balcon y poder darle un beso a su amada que vivia en el balcon de junto, y el apenas ganaba tres monedas de plata. Increible...un beso de su amada valia mas que la mitad de su salario y fue entonces que me di cuenta que un beso de él vale más que todo lo que tengo, o todo lo que soy. Por un beso de él quiero vivir. porque es unico, como unico lo es él y ahora entiendo que vale la pena entregarte mi alma por completo...♥
~ Peleas en mi, vences en mi y yo vivo y respiro para ti ~