lunes, 26 de noviembre de 2012

Mi Bulevar de los sueños rotos





Tantos amigos, muchos más otros falsos y la mayor parte hipócritas, te quedas sin recursos y te sientes muy solo. Había tres hombres en mi vida que llegaban cuando los demás se iban: Tree Cool, Mike Dirnt y el más importante Billie Joe Armstrong. El era especial, sus palabras me motivaban, me hacían sentirme identificada. Al parecer él conocía mucho mejor a los hipócritas que yo, era mayor y lo habían traicionado muchas más veces que a mí. Éramos similares, pero compartíamos una sola característica, el amor de su vida se llama Adrianne, quizás no habla mucho de ella, pero estoy segura la ama; el amor de mi vida se llama Emmanuel, por el contrario, me encanta hablar de él, de solo escuchar su nombre me pongo muy feliz.

A veces no sé si catalogar esta historia como triste; irónicamente comenzó cuando me mataron en vida. Me sacaron el corazón de la manera más cruel que puede existir, no me traiciono, no me fallo; solo me dijo “Adiós”. No sé cómo me mantuve de pie, me encontraba caminando sin rumbo, algunas calles no las conocía, pero iba dejando mis lágrimas en cada una de ellas. Me sentía triste, había muerto, era un vago espirito sin nombre. De pronto, por azares del destino Billie apareció, me dijo que él también se sentía así, le pedí ayuda, no respondió y tan solo cito “mi sombra es la única que camina junto a mí”. Mire al piso y era cierto, solo estábamos mi sombra y yo, Billie ya tampoco estaba. Seguí caminando sola, no tenía respuestas para mis preguntas. Deseaba desaparecer, que nadie más supiera de mi, enviaba señales a mi corazón para que se detuviera, esperaba desvanecerme en ese momento, y que Naive ya no existiera mas. Mucho tiempo atrás murió Shizey, la chica rebelde que Billie había formado, la rockera que todo le valía, la que pensaba en ella misma y en su vieja guitarra y tan preciado micrófono de segunda mano que adquirió en una ganga; la misma chica que amaba tomar Whisky con refresco de cola, la que prendía los cigarrillos al revés, la que usaba palabras anti sonantes cuando algo le salía mal y a la que todos respetaban por tener un carácter fuerte, en el que incluso pensaban, no tenia sensibilidad. Shizey había muerto por razones diferentes, su muerte era para dar paso a Naive, la chica que daba todo por el amor de su vida, la que soñaba con un hogar, con ser la mejor esposa del mundo, dar todo por su esposo y sus hijos.


De pronto, Naive también estaba muriendo, sus sueños los estaba obstruyendo el amor de su vida, el había cometido un pequeño error y ella necesitaba ayudarlo, pero el ponía una barrera que ella debía romper. Naive era sensible, no era tan fuerte, pero sabía de una u otra forma que podía con tan grande muralla. Tenía un dolor en el corazón, quería morirme, pero no podía dejarlo solo. Era bastante cierto que en ese momento yo lo necesitaba, pero algo dentro de mi ser me decía que el me necesitaba más. Jamás lo había visto tan arrepentido por algo, jamás lo había escuchado llorar diciendo “perdóname”. Fui la mujer más orgullosa del mundo, la más vengativa, no me dejaba de nadie y como diría una profesora que me daba clases en la preparatoria “Quien me la hace, me la paga”. Con él fue diferente, no tenía rencor, no tenía odio, no estaba molesta. Solo quería pasar por este mal momento y salir los dos adelante como la pareja que siempre hemos sido.